Glaciación
Una glaciación,
también denominada edad glacial o edad de hielo (ice age,
en inglés), es un periodo de tiempo de larga duración durante el cual desciende
la temperatura global del clima de la Tierra, dando como
resultado una expansión del hielo continental de los casquetes
polares y de los glaciares. Dado que durante una misma glaciación las
condiciones ambientales no permanecen constantes, sino que varían con el
tiempo, y que la duración de cada glaciación es diferente, para el
estudio de las mismas existe la necesidad de subdividirlas en periodos de tiempo
más breves, denominados periodos glaciales. Así mismo, los periodos de
tiempo que transcurren entre un periodo glacial y otro son definidos
como periodos interglaciares.
NOTA: De acuerdo a la
definición dada por la glaciología (la ciencia que estudia
las glaciaciones), el término glaciación se refiere “a un
periodo con casquetes glaciares tanto en el hemisferio norte como en
el sur“; según esta definición, en la actualidad aún persiste
una glaciación, puesto que todavía hay casquetes polares en
Groenlandia y en la Antártida.
Mapa del
hemisferio norte terrestre en el que se indica, en blanco, la extensión
del casquete polar ártico (polo norte).
Mapa
del continente Antártica en el que puede verse la extensión
del casquete polar antártico (polo sur).
Las edades
glaciales también se pueden subdividir según el ámbito geográfico y el
tiempo; por ejemplo, los nombres Riss (hace 180.000 – 130.000 años)
y Würm (hace 70.000 – 10.000 años) se refieren específicamente
a glaciaciones de la región alpina (cabe destacar que la extensión
máxima del hielo no se mantiene durante todo el periodo).
Desafortunadamente, la acción erosiva de cada glaciación tiende
a eliminar la mayoría de las pruebas de capas de hielo anteriores
casi completamente, excepto en regiones en que la capa más reciente no llega a
la expansión máxima. Es posible que no se conozcan periodos
glaciales más antiguos, especialmente del Precámbrico,
debido a la escasez de rocas situadas a altas latitudes durante los
periodos más antiguos.
Periodos
glaciales e interglaciales:
Como ya se ha
dicho, dentro de las edades glaciales (o al menos dentro de la
última) existen periodos más templados, denominados interglaciares, y
otros más severos y fríos, denominados glaciales. Estos últimos se caracterizan
por unos climas más fríos y secos en gran parte de la Tierra, así
como por la existencia de grandes masas de hielo que se extienden
desde los polos por tierra y mar. Además, los glaciares de las montañas llegan
a altitudes más bajas a causa de una cota de nieve menor,
y el nivel del mar es más bajo debido al agua atrapada en
el hielo. En adición, actualmente existen pruebas de que las glaciaciones distorsionan
los patrones de circulación oceánica, que afectan al clima global del planeta.
Como
actualmente la Tierra tiene grandes zonas heladas en el Ártico y la
Antártida, se puede decir que actualmente nos encontramos en una glaciación o edad
glacial y que, dentro de la misma, nos hallamos en un mínimo glacial (momento
de mínimo desarrollo del clima glacial), es decir, en un periodo
interglaciar.
NOTA: Al momento de máximo
desarrollo del clima glacial se lo denomina máximo glacial.
Fotografía
del canal de Lemaire con la que se pretende ilustrar sobre el aspecto
de un paisaje helado durante una glaciación.
Efectos de
las glaciaciones:
Las glaciaciones tienen
tres tipos principales de efectos sobre el ambiente en el que se desarrollan y
que, pese al paso del tiempo, pueden conservarse, de tal modo que, a día
de hoy, puedan estudiarse las glaciaciones ocurridas en el pasado.
Estos tres tipos de efectos son:
§ Geológicos: Las condiciones
del clima propio de una época glacial provocan la aparición de una
serie de fisonomías en la orografía, las cuales pueden llegar a ser borradas o
alteradas por las fisonomías dejadas por glaciaciones sucesivas, que
tienden a distorsionar y eliminar las pruebas geológicas, haciendo que sean
difíciles de interpretar. Algunas de estas fisonomías o pruebas geológicas son
las rocas erosionadas (ya sea por arranque,
por abrasión y generación de estrías glaciares,
por pulverización y formación de harina de roca),
los valles glaciares, lasaristas glaciares y horst,
las rocas aborregadas, las morrenas glaciares, los drumlins,
losdepósito de tills, los bloques erráticos, la factura de llanuras
aluviales, los trenes de valle, loslagos en las llanuras y
los fiordos en las costas, entre otros.
Esquema
que ilustra el aspecto del relieve al estar sepultado por el hielo de
un glaciar (arriba) y las alteraciones en la orografía causadas por
el mismo y que quedan a la vista una vez derretido (abajo).
§ Química: Las pruebas químicas
consisten principalmente en variaciones en la proporción de
isótopos en rocas sedimentarias, núcleos sedimentarios
oceánicos y, para los periodos glaciales más
recientes, núcleos de hielo (comúnmente situados en las
llamadas nieves perpetuas). Puesto que
el agua con isótopos más pesados tiene
una temperatura de evaporación más alta (es más
fácil evaporar a los isótopos ligeros, que pesan menos), su
cantidad en la atmósfera se reduce cuando las condiciones son más frías y
aumenta la cantidad retenida en el agua líquida y en el hielo.
Atendiendo a la relación O18/O16 de
un núcleo de hielo de un fósil (por ejemplo), se pueden estimar
las temperaturas ambientales a las
que se formó el hielo o en las que vivía el organismo en cuestión,
factor que permitió la elaboración de un registro térmico.
Aun así,
estas pruebas pueden estar adulteradas por otros factores que cambian la
proporción de isótopos. Por ejemplo, una extinción en masa
§ Paleontología: Las pruebas
paleontológicas se basan en los cambios en la distribución geográfica de
los fósiles; durante un periodo de glaciación, los organismos
adaptados al frío migran hacia latitudes más bajas, y los organismos que
prefieren un clima más cálido se extinguen o viven en zonas más
ecuatoriales. Esto da lugar a la aparición de refugios glaciales y movimientos
biogeográficos de retorno. Estos indicios son muy difíciles de interpretar
puesto que precisan de:
·
Secuencias
de sedimentos que representen un largo período, diferentes latitudes y que
se puedan correlacionar fácilmente
·
Organismos
primitivos con caracteres lo suficientemente homogéneos como para poder
atribuirlos a un mismo taxón, que estén presentes durante amplios periodos de tiempo
y de los cuales se conozca el clima ideal (es decir, que puedan
emplearse como marcadores)
·
Descubrimientos
de fósiles adecuados, algo que depende mucho del azar.
·
Pese a las
dificultades, los análisis de núcleos de hielo y de sedimentos
oceánicos muestran claramente la alternancia de períodos
glaciales e interglaciares durante los últimos millones de años.
También confirman la relación entre las glaciaciones y algunos
fenómenos de la corteza continental,
como por ejemplo las morrenas glaciales, los drumlins y
los bloques erráticos. Por esto se suelen aceptar los fenómenos de
la corteza continental como prueba
válida de edades glaciales anteriores, cuando se encuentran en capas
creadas mucho antes que el abanico de tiempo que permiten estudiar
los núcleos de hielo y los sedimentos marinos.
Núcleos de
hielo.
Cronología de
las glaciaciones:
A lo largo de
la historia de la Tierra ha habido, al menos, cuatro grandes edades
glaciales, pero al margen de ellas, parece que la Tierra siempre ha
estado libre de hielo (incluso en sus latitudes más altas).
1.- La glaciación hipotética
más antigua, la glaciación Huroniana, tuvo lugar hace unos 2.400 – 2.100 Ma, a principios del eón Proterozoico, y se cree que durante la misma pudo llegar a alcanzarse
el estado de bola de nieve o snowball (es decir, un periodo
en el cual el globo entero quedó cubierto de hielo).
Reconstrucción
artística del estado de “snowball” al que se debió de ver sometida la Tierra durante
la glaciación Huroniana
2.- La glaciación bien
documentada más antigua, y probablemente la más severa de los últimos mil millones de años,
fue la glaciación Sturtiense-Varangiense, que empezó hace 850Ma y finalizó hace 630 Ma (ocurrió a lo largo del período Criogénico), y
podría haber producido una glaciación global de tipo “snowball“. Esta glaciación acabó
muy rápidamente, a medida que el vapor de agua volvía a la atmósfera
terrestre y se incrementaba el efecto
invernadero provocado por la acumulación de dióxido de carbono emitido
por los volcanes, ya que los mares gélidos no tenían capacidad de
absorción del citado gas. Se ha sugerido que al final de esta glaciación se
desencadenó la explosión cámbrica, aunque esta teoría es reciente y
controvertida.
3.- Una glaciación menor,
la Andina-Sahariana, sucedida hace entre 460 y 430 Ma, durante el
Ordovícico Tardío y el Silúrico,
tuvo intervalos con extensos casquetes polares hace entre 350 y 260 Ma, durante el Carbonífero y el Cisura
líense (el Pérmico Temprano),
relacionados con la glaciación de Karoo.
4.- La glaciación actual
empezó hace 40 Ma con
la expansión de una capa de hielo en la Antártida, y se intensificó a
finales del Plioceno, hace 3 Ma,
con la extensión de nuevas capas de hielo en el hemisferio norte,
continuando durante todo el Pleistoceno. Desde entonces, el mundo ha
pasado por varios ciclos glaciales, con el adelanto y retroceso de las capas de hielo
ocurrido durante miles de años. El periodo glacial más reciente (en
sentido amplio) acabó hace unos diez mil años, por lo que, dependiendo del
autor documentado, se podría aseverar que actualmente nos situamos en un periodo
interglaciar (dentro de una era glacial). Existen, sin embargo, otras
posturas que afirman que estamos en una era pos glacial.
Ilustración de un paisaje
helado del último periodo glacial, que acabó hace unos 10.000 años.
Regulación
del clima durante las glaciaciones:
Cada periodo
glacial está sujeto a una retroalimentación climática positiva que lo hace
más severo y una retroalimentación climática negativa que mitiga sus efectos y
que acaba por restablecer el equilibrio climático.
§ Procesos que
acrecientan una glaciación: El hielo y la nieve incrementan el efecto
albedo, es decir, hacen que la superficie del planeta refleje
más luz solar (y, en definitiva, radiación) y absorba menos, por
lo que, a la larga, la temperatura del aire tiende a bajar conforme las capas
de hielo y nieve crecen y se extienden por sobre la
superficie terrestre. Así mismo, la vegetación muere por el descenso de
las temperaturas, lo que da lugar a una
reducción notable de los bosques, que a su vez favorece el desarrollo de
las capas de hielo y, en consecuencia, que aumente aún más
el albedo.
Una teoría
sugiere que un océano Ártico sin hielo provocaría
más precipitaciones en forma de nieve en latitudes altas. Cuando
el océano Ártico está cubierto de hielo a baja temperatura, hay
poca evaporación o sublimación, y esto hace que las regiones
polares sean bastante secas en cuanto a las precipitaciones (más o
menos como los desiertos), lo que permite que la nieve se
evapore durante el verano. Cuando no hay hielo, el océano absorbe energía
solar durante los largos días estivales, y
se evapora más agua. Con más humedad en la atmósfera hay más precipitaciones, y con estas, una parte de
la nieve no se evapora durante el verano (si bien el
hielo glacial se forma a latitudes inferiores, reduciendo las temperaturas por la vía del aumento del albedo).
El agua dulce
adicional que llega al norte del océano Atlántico durante un ciclo
más cálido también puede reducir la circulación termohalina de
la corriente del Golfo, que es una corriente termorreguladora muy
importante. Tal reducción (mitigando los efectos de la propia corriente
del Golfo) también enfriaría el norte de Europa, cosa que causaría un
incremento de la nieve. También se ha sugerido que, durante una
larga glaciación, los glaciares pueden atravesar el golfo de San
Lorenzo, llegando hasta el norte del Atlántico y bloqueando parcial o
completamente la corriente del Golfo.
Esquema
ilustrativo de la gran corriente termohalina meridional.
§ Procesos que mitigan una
glaciación: Las capas glaciales
de hielo que se forman durante las
glaciaciones erosionan la tierra que tienen debajo, acumulándose en
el hueco dejado e incrementando el peso del conjunto corteza-hielo.
Esto provoca, tras un tiempo, un hundimiento isostático de la corteza por debajo del nivel del mar, reduciendo el
espacio en que se pueden formar las capas de hielo (se reduce la
superficie total). Esto mitiga la retroalimentación del albedo, igual que la
reducción del nivel del mar que acompaña a la formación de las capas
de hielo (mucha agua queda retenida en el hielo).
Otro factor
que mitiga el desarrollo de una glaciación es
la aridez provocada por el máximo glacial, que reduce
las precipitaciones, haciendo más difícil que se mantenga
la glaciación.
Causas de las
glaciaciones:
Cualquier
teoría científica que pretenda explicar las causas de
las glaciaciones debe encarar dos cuestiones
fundamentales: (1) ¿Qué causa el comienzo de las condiciones glaciares? y (2) ¿qué
causó la alternancia de etapas glaciales e interglaciares que han sido
documentadas para el Pleistoceno?
Las causas de
las edades glaciales todavía son un tema controvertido. Hay consenso
en que varios factores son importantes, como la composición de la atmósfera; los
cambios en la órbita de
la Tierraalrededor del Sol y, posiblemente, la órbita del Sol alrededor del centro de
la Vía Láctea; la dinámica de las placas tectónicas y su efecto sobre la situación relativa y la
cantidad de corteza oceánica y terrestre a la superficie de la Tierra; variaciones en
la actividad solar; la dinámica orbital del sistema Tierra-Luna; y el impacto
de meteoritos de grandes dimensiones o erupciones volcánicas.
Algunos de
estos factores tienen una relación de causa-efecto. Por ejemplo, los cambios en
la composición de la atmósfera de la Tierra (especialmente la
concentración de gases de efecto invernadero) pueden alterar
el clima, mientras que el cambio climático puede cambiar la
composición de la atmósfera.
§ Cambios en la
atmósfera terrestre: Una de las
causas más importantes de las glaciaciones parece ser la variación en la
cantidad de gases de efecto invernadero que hay en la atmósfera, que al
aumentar facilitan el calentamiento global. Estos gases pueden
aumentar su proporción en la atmósfera por
causas geológicas (vulcanismo, tectónica de placas, etc.), biológicas
(reducción en la proporción de organismos fotosintéticos) y antrópicas
(contaminación, actividad humana, etc.), y reducirla, también, por causas
geológicas (formación de minerales de la arcilla,
precipitación de carbonatos, etc.), biológicas (proliferación de
los organismos foto sintetizadores) y antrópicas (reducción de los
contaminantes, control de la actividad humana, etc.). No obstante, la forma y
proporción en que cada una de estas causas afecta al cómputo global del
equilibrio climático es, a día de hoy, motivo de fuerte controversia.
Balance anual
de energía de la Tierra desarrollado por Trenberth,
Fasullo & Kiehl de la NCAR en 2008. Se basa en datos del periodo de
marzo de 2000 a mayo de 2004 y es una actualización de su trabajo publicado en
1997. La superficie de la Tierra recibe del Sol 161 w/m2 y
del efecto invernadero de la atmósfera, 333w/m²; en total recibe 494 w/m2 y,
como la superficie de la Tierra emite un total de 493 w/m2 (17+80+396),
se supone una absorción neta de calor de 0,9 w/m2, que en
el tiempo actual está provocando el calentamiento de la Tierra
§ Posición de los
continentes: El registro
geológico parece indicar que las edades glaciales empiezan cuando
los continentes se encuentran en una posición que bloquea o reduce
el flujo de agua cálida del ecuador a los polos, permitiendo la
formación de casquetes glaciares. Las capas de hielo aumentan
el albedo de la Tierra, reduciendo la absorción
de radiación solar y causando un enfriamiento de la atmósfera; este enfriamiento hace crecer los casquetes de
hielo, aumentando el albedo todavía más, en un ciclo que continúa
hasta que la reducción en la tasa de erosión es máxima (el relieve
está fosilizado por el hielo).
Se conocen
tres configuraciones de la posición de los continentes que bloqueen o reduzcan el
flujo de agua cálida del ecuador a los polos:
·
Cuando
un continente se encuentra en un polo, como la Antártida
actualmente.
·
Cuando
un mar polar se encuentra casi totalmente rodeado de masas de tierra,
como el océano Ártico.
·
Cuando
un súper continente cubre la mayoría del ecuador,
como Rodinia durante el período
Criogénico o Gondwana durante el Ordovícico
Situación
hipotética del polo sur geográfico durante el Cámbrico Temprano (indicado
con una estrella) basada en la distribución de litofacies sensibles
climáticamente. Los cuadrados indican carbonatos, y los
triángulos, evaporitas. Durante el Ordovícico, este gran súper
continente se desplazó aún más hacia el
sur.
Puesto que la Tierra tiene
actualmente un continente en su polo sur y un océano en el polo
norte, los geólogos infieren que la Tierra continuará
sufriendo periodos glaciales en el futuro (geológicamente) próximo.
Algunos
científicos opinan que el Himalaya es un factor clave en
la glaciación actual, pues estas montañas incrementan las
precipitaciones totales de la Tierra, y por lo tanto el ritmo al cual
el CO2 es eliminado de la atmósfera, reduciendo el efecto invernadero. La formación
delHimalaya empezó hace unos 70 Ma, cuando la placa India colisionó con la placa
Eurasiática(todavía continúa elevándose unos cinco milímetros por año porque la placa India se mueve
hacia el norte a un ritmo de 67 mm por
año). La historia del Himalaya encaja generalmente con la reducción a
largo término de la temperatura mediana global
desde mediados del Eoceno,hace 40 Ma.
§ Corrientes oceánicas: Otros aspectos
importantes que contribuyeron a la configuración climática de periodos
anteriores son las corrientes oceánicas, que varían según la posición de
los continentes y otros factores. Tienen la capacidad de enfriar
(por ejemplo, contribuyendo a la creación del hielo de la Antártida)
y de calentar (otorgando a las islas Británicas un clima templado en lugar
de boreal) el clima global. El cierre del istmo de Panamá hace
aproximadamente 3 Ma podría haber
dado pie al actual periodo glacial en Norteamérica, poniendo fin al
intercambio de agua entre las regiones tropicales del océano
Atlántico y el Pacífico.
§ Ciclos astronómicos de
Milankovitch: Los ciclos
de Milankovitch son una serie de variaciones cíclicas en las
características de la órbita de la Tierra alrededor del Sol. Cada
ciclo tiene una duración diferente (la precesión de los
equinoccios cada 26.000 años, la excentricidad orbital cada 100.000 –
400.000 años, la inclinación del eje terrestre cada 41.000 años y
la oscilación del plano de la eclíptica u oblicuidad cada
70.000 – 100.000 años), de forma que, a veces, sus efectos se compensan y, en
otras ocasiones, incluso se cancelan mutuamente.
Variaciones de la precesión de los equinoccios, la oblicuidad de la eclíptica y la excentricidad orbital medidas en miles de años.
Movimiento
de precesión terrestre.
Mientras que
la teoría de Milan kovitch predice que los cambios cíclicos de
la órbita solar pueden quedar grabados al registro glacial,
faltan explicaciones añadidas para explicar qué ciclos juegan el papel más
importante en la alternancia glacial-interglaciar. De hecho, durante los
últimos 800.000 años, el período de
alternancia glacial-interglaciar ha sido de 100.000 años, cosa que se
corresponde con los cambios en la excentricidad e inclinación
orbitales. Pero esta es de lejos la frecuencia más reducida de las tres
predichas por Milan kovitch. Durante el periodo de tiempo de hace
entre 3 y 0,8 Ma, el patrón dominante
de glaciación se correspondía con el periodo de 41.000 años de los
cambios en la oblicuidad de la Tierra (la inclinación de
su eje). Las razones del dominio de una frecuencia sobre otra todavía no
se comprenden bien y están siendo investigadas, pero es probable que la
respuesta esté relacionada con algún tipo de respuesta compleja del sistema
climático terrestre.
La teoría
“tradicional” no llega a explicar el dominio del ciclo de 100.000 años durante
los últimos ocho ciclos. Richard A. Muller, Gordon J. Mac
Donald y otros autores han indicado que estos cálculos son aptos para un
modelo bidimensional de la órbita terrestre, pero que la órbita tridimensional también tiene un ciclo de variación
de la oblicuidad que dura cien mil años. Han propuesto que estas
variaciones de la oblicuidad pueden conducir a variaciones en la
insolación: aun cuando pone en juego un mecanismo diferente al del concepto
tradicional, los periodos predichos a lo largo de los últimos 400.000 años son
prácticamente los mismos. La validez de la teoría
de Muller y Mac Donald ha sido cuestionada a su vez
por Rial.
William
Ruddiman sugiere un modelo que explica el ciclo de 100.000 años modulando
la excentricidad sobre la precesión, combinado con el efecto de
los gases de efecto invernadero. Peter Huybers propone todavía otra
teoría, argumentando que el ciclo dominante siempre ha sido el de 41.000 años,
pero que la Tierra tiene actualmente un comportamiento climático en
que sólo tiene lugar una edad glacial cada dos o tres ciclos. Esto
implicaría que el periodo de 100.000 años no es más que una ilusión creada haciendo
la media de ciclos que duran 80.000 y 120.000 años. Esta teoría se corresponde
con la incertidumbre de las dataciones, pero no ha recibido demasiado apoyo.
§ Variaciones en la actividad solar: Existen, al menos,
dos variaciones importantes, una a largo plazo y otra a corto plazo.
·
A
muy largo término, los astrofísicos calculan que el Sol libera un 10%
más de energíacada 109 años. De aquí a dentro de 1.000 millones de años,
el 10% añadido cada 109 años será suficiente como por causar un efecto
invernadero irreversible en la Tierra (el aumento de la temperatura produce más nubes de vapor de agua,
el cual funciona como un gas de efecto invernadero mucho más potente
que el CO2, provocando a su vez el aumento de la temperatura, produciéndose aún más vapor, etc).
·
Puesto que el Sol posee un gran tamaño, a corto término los
efectos de sus desequilibrios internos y los procesos de retroalimentación
negativa tardan mucho tiempo en propagarse, de forma que estos procesos se
potencian y producen todavía más desequilibrios. En este contexto, “mucho
tiempo” quiere decir miles o millones de años.
El aumento a
largo plazo de la emisión de energía del Sol no puede ser
la causa de las edades glaciales.
Las variaciones
a corto plazo mejor conocidas son los ciclos de las manchas solares,
especialmente el mínimo de Maunder, que está relacionado con la parte más
fría de la pequeña edad de hielo. Como los ciclos de Milankovitch,
los efectos de los ciclos de las manchas solares son demasiado débiles y
frecuentes para explicar el comienzo y el fin de las edades glaciales,
pero es muy probable que sean la razón de las variaciones de temperatura dentro
de las propias edades de hielo.
§ Vulcanismo: Los episodios
volcánicos más grandes conocidos, las erupciones que crearon las
traps siberianas y del Decán y que jugaron un papel
importante durante las extinciones
en masa, no tienen nada que ver con las edades
glaciales. A simple vista, parece que esto pueda implicar que el vulcanismo no
puede producir glaciaciones.
Aun así, el
70% de la superficie de la Tierra está cubierto de agua, y
la teoría de las placas tectónicas predice que la corteza oceánica de
la Tierra se renueva completamente cada 200millones de años. Por lo tanto, es imposible encontrar indicios
de llanuras submarinas o de otros grandes
episodios volcánicos de más de 200 millones de años de antigüedad, y los indicios de
episodios volcánicos más antiguos posiblemente ya han sido
erosionados. En otras palabras, que no se hayan encontrado pruebas de otros
acontecimientos volcánicos a gran escala no significa que no hayan
tenido lugar.
En teoría, es
posible que los volcanes submarinos pudieran poner fin a
una edad glacial, creando un calentamiento global. Una explicación propuesta
del máximo térmico del Paleoceno-Eoceno es que los volcanes
submarinos liberaran metano atrapado en clatratos, causando
un gran y rápido incremento del efecto invernadero. No parece haber
indicios geológicos de estas erupciones en este periodo, pero esto no
implica que no tuvieran lugar.
Es más
difícil ver qué papel podría tener el vulcanismo para empezar
una edad glacial, puesto que los efectos que la frenaran deberían ser más
débiles y producirse a más corto plazo que los efectos que la produjeran. Esto
exigiría polvos y nubes de aerosoles que
permanecieran en la atmósfera superior, bloqueando la luz solar durante
miles de años (cosa que parece muy improbable). Los volcanes
submarinos no podrían producir este efecto puesto que el polvo y
los aerosoles serían absorbidos por el mar antes de que llegaran
a la atmósfera. No obstante, esta
hipótesis se baraja como plausible en el caso de la Pequeña Edad del
Hielo.
Lava de
Un volcán submarino emergiendo al exterior y enfriándose rápidamente
en contacto con el agua fría del océano.
§ Radiación cósmica galáctica: Recientemente, el
científico Ner Shaviv ha señalado, y divulgado en el documental “El
misterio de las nubes” (ver minuto 10:20 del vídeo aquí), que las
glaciaciones serían causadas por el cruce cíclico del Sistema
Solar a través de los brazos espirales de la galaxia, durante la órbita del Sol alrededor
de Sagitario A* (el agujero negro del centro de la Vía
láctea) a lo largo del año galáctico, que dura 250 millones de
años.
El mecanismo
que se sobreentiende es el propuesto por Henrik Svensmark, según el cual
los rayos cósmicos producen núcleos de condensación en la atmósfera, los
cuales funcionan como semillas de nubes (a más nubes, más frío),
y que en los brazos galácticos hay más estrellas, y por tanto,
más supernovas y más rayos cósmicos. La dilucidad de
las glaciaciones sería explicada por este mecanismo de órbita galáctica, ocupando fracciones de 250 millones
de años (año galáctico), aproximadamente.
En el momento
actual, el Sistema Solar estaría cruzando un
pequeño brazo espiral de la galaxia, lo cual explicaría la
actual glaciación.
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